El profesor Marcos Palacios y los alumnos de sexto grado celebran el cierre de un año lleno de aprendizajes y cosechas en la huerta escolar. Este espacio no solo fomenta la producción de alimentos, sino que también se convierte en una herramienta educativa clave para enseñar ciencia y trabajo en equipo.
La Escuela Primaria Provincial N° 57 cerró un exitoso ciclo del Proyecto de Huerta Escolar, una iniciativa que combina educación y sustentabilidad. Este año, el proyecto fue liderado por los alumnos de sexto grado junto a las áreas de Ciencias, Formación Ética y Ciudadana (FEC) y Tecnología. El profesor Marcos Palacios destacó la importancia de este espacio como un medio para enseñar más allá del aula.
“Estamos cerrando este año muy contentos con el proyecto de la huerta, un proyecto que la escuela ya tenía de años anteriores, pero que este año tomamos la posta los sextos años. Nos encontramos con un lugar que hay que trabajar desde cero cada año, y logramos sacar adelante el proyecto con mucho entusiasmo”, afirmó Palacios en diálogo con La Mañana en Patagonia.
Entre los logros de la huerta, los estudiantes cosecharon zanahorias, habas y otras verduras. Más allá de los alimentos obtenidos, el profesor resaltó el valor educativo de la experiencia. “Lo interesante es que ellos puedan ver el proceso que va desde la semilla hasta el desarrollo de la planta. Así lograron entender, por ejemplo, que la zanahoria es una raíz. Lo viven y lo comprenden mejor que leyendo un libro”.
Los estudiantes compartieron su entusiasmo por el proyecto. Gael, uno de los alumnos, expresó: “Me encantó plantar y cultivar. Desde chico siempre me interesaron las plantas. Ayudé a regar y a sembrar, y aprendí mucho con el profe. En casa tengo plantas de orégano, habas y cebolla”.
Por su parte, Alison destacó que la huerta despertó un interés que antes no tenía: “Me gustó mucho sembrar zanahorias, lechugas y las cosas que tenemos en la huerta. Es algo que antes no me llamaba la atención”.
Además de ser un espacio de aprendizaje práctico, la huerta se ha convertido en un lugar de relajo y conexión con la naturaleza para los alumnos. La experiencia ha dejado huellas en la comunidad escolar, fomentando el interés por el cuidado del medioambiente y la autosustentabilidad.

