Diputada Ana María Ianni compartió unas reflexiones luego de la apertura de sesiones en el Congreso de la Nación

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La Diputada Nacional Ana María Ianni se refirió acerca de la Asamblea Legislativa que tuvo lugar el día de ayer en el Congreso de la Nación y las palabras del Presidente Javier Milei. “El discurso se pareció más a una justificación del mesianismo del Presidente, que a la presentación del gobierno”, expresó Ianni.

“La expectativa que genera escuchar al Presidente se transformó en decepción al cabo de un poco más de 70 minutos. Otra vez asistimos a un discurso lleno de mentiras que intentan justificar las medidas tomadas desde un DNU que, a todas vistas, es ilegal, y que, a través de las dilaciones llevadas a cabo desde las presidencias de las Cámaras de Diputados y Senadores, es la herramienta que le permite avanzar en esta tragedia al gobierno.

Ni una palabra dedicada a la producción, ni una propuesta con respecto a lo que hoy nos preocupa como ciudadanos. Nada con respecto a que va a pasar con el Fondo compensador del transporte público, que obliga a los Gobernadores a hacer malabares para sostener precios que se puedan pagar; nada del Fondo de incentivo docente, cuyo envío a las provincias corresponde por Ley y que de un plumazo eliminaron. 

Nada de qué pasará con el régimen de zona fría, ni con los subsidios tarifarios para la producción. Podríamos seguir enumerando todos los temas que estuvieron ausentes de un discurso que se pareció más a una justificación del mesianismo del Presidente que a la presentación del gobierno.

Habló de 20 años de tragedia económica sin considerar que su Ministro de Economía y su asesor estrella fueron partícipes de un gobierno que nos puso al borde del abismo, y utilizó la nomenclatura de la Dictadura Militar para referirse a los movimientos sociales llamándolos “organizaciones de izquierda”.

Y después de reiterar el concepto de que “su gestión está salvando al país para alejarnos de una hiperinflación” que solo figura en sus papeles y en su cabeza, nos convoca a un Pacto para salvar al país.

Suena, al menos hipócrita, convocar a un Pacto diciendo que antes los gobernadores tienen que aceptar aprobar las leyes que su gobierno enviará sin poder discutir los intereses de sus provincias. Además, habla de diálogo, pero pone sobre la mesa 10 puntos imposibles de convalidar. Claro que estamos de acuerdo con el diálogo, siempre y cuando se tenga en cuenta el respeto a las voces de aquellos a los que representamos y no se quiera llevarnos de las narices a firmar un programa de gobierno con el que no podemos estar de acuerdo.

Lamento que el señor Presidente se haya perdido la oportunidad de empatizar con la situación de aquellos que, a partir de las medidas tomadas por su gobierno, hoy se ven ante la disyuntiva de tener que saltar el molinete para poder viajar e ir al trabajo, o con aquellos que, ante el aumento de precio de los medicamentos tienen que elegir qué medicamento tomar y cuál no, o con los miles de trabajadores que se están quedando en la calle por la desfinanciación de la obra pública, pero nada de eso ocurrió. 

Y si el camino es el abandono de la educación, de la salud, el avance en la privatización de las jubilaciones, en la entrega de las empresas públicas, no me inviten al Pacto, porque estoy del otro lado.

Parafraseando a Silvio Rodríguez en El Necio, me gustaría avisarle que no me vengan a convidar a arrepentirme porque nuestro Pacto es con el pueblo.”