
El 10 de septiembre se concientiza mundialmente el día de la prevención del suicidio. El mismo, se encuentra establecido por la Asociación internacional para la prevención del suicidio y respaldado por la Organización Mundial de la Salud.
El lema del Día Mundial de la Prevención del Suicidio 2024-2026, “Cambiar la narrativa”, tiene como objetivo derribar barreras, como el estigma, crear conciencia y generar una cultura de comprensión y apoyo para prevenir el suicidio. (OMS).

Hablar del suicidio implica abordar un fenómeno complejo y multicausal con efectos de amplio impacto a nivel personal, familiar, social y cultural.
Para abordar esta problemática y contribuir a disminuirla, la estrategia principal es la prevención, llevada a cabo desde un enfoque integral y colectivo. Si bien es una problemática que no distingue etapas evolutivas, los adolescentes y personas mayores, son los más vulnerables por estar transitando su pleno desarrollo y etapas de grandes cambios.
Según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es la cuarta causa de muerte entre adolescentes y jóvenes de 15 a 29 años, a nivel mundial, y la quinta entre adultos/as en la franja de 30 a 49 años. En argentina los suicidios son en 2022 las principales causas de muerte en el grupo de edad de 15 a 24 años, con una tasa de 0,14 y 0,12 por cada 1.000 habitantes de esta edad, teniendo mayor prevalencia en varones que en mujeres.

Por su magnitud e impacto el suicidio constituye un importante problema de salud pública a nivel mundial. Al estar atravesado por la voluntad de la persona, y transgredir la integridad de la propia vida, los hechos de suicidio constituyen un fenómeno sumamente complejo, que tienen un aspecto privado y otro social.
Centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia, ofrecer esperanza y resignificar el sentido a la vida. El desarrollo de estas acciones se da en el marco de una política integral que entienda a las personas como sujetos de derechos y participantes activos en sus comunidades, que apunten a la inclusión social, el fortalecimiento de las redes sociales y la mejora de la calidad de vida.

El 10 de septiembre se concientiza mundialmente el día de la prevención del suicidio. El mismo, se encuentra establecido por la Asociación internacional para la prevención del suicidio y respaldado por la Organización Mundial de la Salud.
El lema del Día Mundial de la Prevención del Suicidio 2024-2026, “Cambiar la narrativa”, tiene como objetivo derribar barreras, como el estigma, crear conciencia y generar una cultura de comprensión y apoyo para prevenir el suicidio. (OMS).
Hablar del suicidio implica abordar un fenómeno complejo y multicausal con efectos de amplio impacto a nivel personal, familiar, social y cultural.
Para abordar esta problemática y contribuir a disminuirla, la estrategia principal es la prevención, llevada a cabo desde un enfoque integral y colectivo. Si bien es una problemática que no distingue etapas evolutivas, los adolescentes y personas mayores, son los más vulnerables por estar transitando su pleno desarrollo y etapas de grandes cambios.
Según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es la cuarta causa de muerte entre adolescentes y jóvenes de 15 a 29 años, a nivel mundial, y la quinta entre adultos/as en la franja de 30 a 49 años. En argentina los suicidios son en 2022 las principales causas de muerte en el grupo de edad de 15 a 24 años, con una tasa de 0,14 y 0,12 por cada 1.000 habitantes de esta edad, teniendo mayor prevalencia en varones que en mujeres.

Por su magnitud e impacto el suicidio constituye un importante problema de salud pública a nivel mundial. Al estar atravesado por la voluntad de la persona, y transgredir la integridad de la propia vida, los hechos de suicidio constituyen un fenómeno sumamente complejo, que tienen un aspecto privado y otro social.
Centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia, ofrecer esperanza y resignificar el sentido a la vida. El desarrollo de estas acciones se da en el marco de una política integral que entienda a las personas como sujetos de derechos y participantes activos en sus comunidades, que apunten a la inclusión social, el fortalecimiento de las redes sociales y la mejora de la calidad de vida.