En Caleta Olivia, Jorge Montoya, hermano de Walmir Oscar “Puño” Montoya, desaparecido durante la dictadura militar en Argentina, reflexiona sobre la importancia de recordar y luchar por la verdad y la justicia en el país. Tras lo que fue la emotiva jornada del 24 de Marzo, Día de la Memoria, por la Verdad y la Justicia, Montoya compartió su experiencia y motivación para seguir militando por los derechos humanos.
“Estoy un poco más activo por la causa”, admitió Montoya en diálogo con Voces y Apuntes, expresando cómo la cercanía de esta fecha lo lleva a revivir emociones dolorosas. “Personalmente, me cuesta llegar a esta fecha, porque es volver a recordar todo, contar cosas que ya se han contado muchas veces, y que a mí me duelen. No es tan fácil. Adentro hay todo un proceso.”
Montoya explicó cómo la situación actual en Argentina lo impulsó a retomar su activismo: “Viendo cómo se están dando las cosas en el país, me hace sentir cierto temor porque quienes vivimos esto no lo queremos volver a vivir. Esto llevó a que vuelva a salir a militar por la democracia, por la libertad, por la memoria.”
Recordó el evento “Teatro por la Identidad” que organizó el año pasado, con el objetivo de mantener viva la memoria histórica. “Logramos instalar este tema de alguna manera para que la gente hable de nuevo”, dijo Montoya, resaltando la importancia de mantener viva la memoria colectiva.
Montoya relató la historia de su hermano, desde su desaparición durante la época de la dictadura militar hasta el reencuentro con su hijo, fruto de la incansable búsqueda de la verdad y la identidad llevada a cabo por organizaciones como Abuelas de Plaza de Mayo.
“Hablamos muy poco, preguntó por mis viejos, cómo estábamos. Después se va en bicicleta y fue la última vez que lo vi”, compartió Montoya sobre el último encuentro con su hermano. “Mi vieja un día dijo: ‘algo le pasó a Puño, anoche soñé que venía vestido de blanco, me daba un beso y se iba’”, agregó, reflejando el dolor de la incertidumbre y la esperanza perdida.
Montoya describió cómo, a lo largo de los años, siguió investigando y buscando pistas sobre el paradero de su hermano. “Cuando empiezo a informarme sobre lo que estaban haciendo Abuelas de Plaza de Mayo, decido sacarme sangre para el banco”, mencionó, destacando su compromiso con la búsqueda de la verdad.
Finalmente, Montoya compartió la emotiva experiencia de encontrar al hijo de su hermano, un momento que describió como “algo que te descajeta el casco”. “Esa noche no pude dormir, de la angustia, la bronca, una mezcla de sentimientos”, concluyó, subrayando la complejidad emocional de enfrentarse a la verdad después de tanto tiempo de incertidumbre.
La historia de Jorge Montoya y su persistente lucha por la justicia y la memoria resalta la importancia de recordar el pasado para construir un futuro basado en la verdad y el respeto a los derechos humanos.
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