Armando Castro, jubilado de Caleta Olivia, expresó su preocupación por la difícil situación que atraviesan los jubilados desde la llegada del nuevo Gobierno Nacional. Destacó la dificultad para acceder a medicamentos esenciales.

Armando Castro, vecino jubilado de Caleta Olivia y orador en la última marcha de jubilados, expresó su profunda preocupación por el deterioro de la calidad de vida de los jubilados desde que el nuevo Gobierno asumió en diciembre del año pasado.

“Estamos bastante preocupados con todo lo que viene ocurriendo con los jubilados, a partir de que este Gobierno asume en diciembre del año pasado, se va poniendo cada día más tedioso llegar a fin de mes”, expresó Castro en una entrevista con Voces y Apuntes. Según el jubilado, las expectativas que tenían con la nueva ley aprobada en junio no se han cumplido. “Esa ley no era ni siquiera aproximarse a una movilidad jubilatoria y mucho menos era una ley que nos iba a favorecer tanto. Eran simplemente unos $18.000 para cubrir el déficit que ocurrió cuando asumió Milei el 10 de diciembre y produjo una devaluación terrible”, explicó.

Castro también criticó la falta de mecanismos para que los jubilados puedan defender sus derechos. “Los jubilados fuimos los que pagamos duramente, y ni siquiera tenemos una paritaria para negociar, no nos podemos defender con nada, solamente esperamos que los Diputados o Senadores, que son los que tendrían que estar velando por nosotros, hagan algo”, manifestó.

Uno de los temas más críticos, según Castro, es el acceso a medicamentos esenciales. “Antes del gas y la luz, para los jubilados están los remedios. Es lo que nos mantiene seguir caminando a algunos, y algunos que ya no pueden caminar los mantiene vivos, y nos están quitando los remedios”, denunció. Además, señaló que las personas con cáncer y otras enfermedades graves están siendo las más afectadas. “La gente con cáncer y enfermedades terminales les están sacando todo”, afirmó.

Castro compartió su propia experiencia al relatar que consume ocho medicamentos al mes, por los cuales paga alrededor de $180.000. “No puedo dejar de tomar esas pastillas”, concluyó, subrayando la desesperante situación económica que enfrentan los jubilados en el país.