¿De quién es la calle? Política y movilizaciones populares, por Sandra Díaz

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Imagen de archivo de Plaza de Mayo

El martes 4 de abril, volvió Políticamente Correctos al aire de Frecuencia Patagonia 99.3 en su tercera temporada. Con la conducción de Sandra Díaz, Carlos Gómez y Mariano Prado, este programa se propone abordar cada semana los temas de la agenda política a nivel nacional, local e internacional también. En este primer programa la profesora Sandra Díaz fue la encargada de la editorial sobre las diferentes movilizaciones de las que la Plaza de Mayo fue escenario a lo largo de la historia argentina.

Imagen de archivo de Plaza de Mayo

Venimos de un mes de Marzo que sido convulsionado en materia de movilizaciones sociales de todo tipo, Sindicatos: la CGT, las 2 CTA, CTERA, SUTEBA,  la movilización del 24 de Marzo…. La marcha del 1 A- “En defensa de la Democracia”,  y para cerrar el panorama de marchas , la semana pasada el Paro “matero” que convocó una CGT debilitada y cuestionada en su legitimidad, paro convocado para el Jueves 6 de Abril y sin movilización hasta ahora. No cabe duda que la gente en la calle es un símbolo que leen no sólo los medios de comunicación, sino la sociedad toda y desde cualquier ideología.

En síntesis, de lo que me propongo hablar es de la gente en las calles, de hacer política en las calles y para ello me puse a revisar un poco la historia, porque esas plazas llenas, sobre todo la Plaza de Mayo es muy significativa en la Historia política de los argentinos.

En una compilación de la historiadora Mirta Zaida Lobato, denominada “Buenos Aires, manifestaciones, fiestas y rituales en el Siglo XX”  se  afirma que  la cultura de la movilización tiene más o menos su origen en el Siglo XIX, y que a principios del siglo XX quienes ocupaban estos espacios públicos  eran los obreros,  es a través de ellos que  empieza a crecer esta idea de una demanda acompañada por movilización donde el número se torna importante, porque el número hace aún más visible la magnitud de esa demanda, más tarde las demandas serán demandas por derechos, y esas  movilizaciones se harán cada vez más masivas.

 La ocupación del espacio público va adquiriendo un sentido político relevante. Ese  sentido político  nace con mayor fuerza con la aparición del peronismo en aquella Plaza del 17 de Octubre de 1945.  Pero también hubo otras Plazas memorables, que enuncio sintéticamente, advirtiendo a nuestro oyente/ lector que la memoria es selectiva, y que esta enumeración seguramente sería distinta, según quien sea el que evoque estos hechos de nuestra historia reciente:

El renunciamiento de Evita a la candidatura para ser Vicepresidenta el  22 de Agosto de 1951: un cabildo abierto, como le llamaron, en el que “ no renunció  a la lucha, sino a los honores”.
El 1 de Mayo de 1974 Perón echa a los Montoneros de la Plaza, abriéndose un período oscuro de divisiones en la sociedad argentina.
La Plaza del 2 de Abril de 1982: Leopoldo Fortunato Galtieri, presidente de facto, arenga una multitud movilizada por  el sentimiento hacia Malvinas, en un contexto histórico difícil,  en que la Dictadura pretendió capitalizar  la defensa de nuestro suelo, de nuestra soberanía, expresando  que “ no hemos hecho otra cosa que interpretar el sentimiento del pueblo argentino” y “ ya flamea la bandera argentina en nuestras islas”,  después vino lo que ya conocemos: rendición, muerte de muchos jóvenes, caída de la dictadura militar, desmalvinización y olvido de la causa.

 

La Plaza de las Madres y Abuelas, emblema de la lucha por los Derechos Humanos, que en plena dictadura militar silenciosamente visibilizaba historias de argentinos y argentinas que eran las víctimas del Terrorismo de Estado.

La Plaza del 26 de Octubre de 1983: Raúl Ricardo Alfonsín y su rezo laico, una oración patriótica que nos hizo rememorar el Preámbulo de nuestra  Constitución Nacional. La transición democrática primero, y esta democracia representativa de estos tiempos, que, con sus luces y sus sombras, todos los argentinos estamos sosteniendo.
La Plaza del SÍ- una movilización que apoyaba a Carlos Menem, apoyada entre otros por el periodista Bernardo Neustadt en 1990. Clarín titulaba: MASIVO ACTO DE APOYO A MENEM y políticas muy similares a las que hoy estamos observando empezaron a desplegarse desde el Estado, con las consecuencias que ya todos conocemos.

Y una más, tal vez más cercana a nuestra memoria colectiva,  la Plaza del 19 de Diciembre de 2001, que marcó la clausura de un tiempo de crisis final y profundamente agotadora, en la que a viva voz la ciudadanía reunida gritaba:  “Que se vayan todos”.

Hoy la Plaza no es de los  Partidos Políticos como a mediados del siglo XX, ni los partidos son esas organizaciones aglutinantes que eran en sus orígenes, revitalizando la vida política desde los inicios del Siglo XX,   sino que han mutado también los sujetos sociales y políticos y la naturaleza de las demandas: desde Madres y Abuelas, hasta los  Ex Combatientes de Malvinas, pasando por las  Comunidades Indígenas, todos los sectores tienen derecho a expresarse públicamente en las calles.

Volviendo a la historia: podemos afirmar que la Argentina nace casi de una revuelta, la revolución de mayo en 1810.  Recuerden esa imagen del Cabildo que está en Plaza de Mayo y evoquemos en cuántas oportunidades ese espacio albergó protestas, festejos, reclamos, vigilias. Hoy, también podríamos decir que  “el pueblo quiere saber de qué se trata”.

Según investigadores, en su gran mayoría historiadores, antropólogos y sociólogos, este rasgo de nuestra cultura política, que llamamos “cultura de la movilización”, tendría su origen en las siguientes características:

1-      Nuestra tradición inmigrante: Anarquistas y socialistas trajeron estas prácticas, contribuyeron a crear identidad obrera y conciencia de clase, y protagonizaron hechos como las  Protestas contra la Ley de Residencia en 1902.

2-      Cultura igualitarista como tal vez no haya en otro país de América Latina, donde se ven menos las diferencias entre clases… yo tuve la oportunidad de vivirlo en primera persona, cuando conocí  México y  Brasil, en estos países la “distancia social” por llamarlo de algún modo,  es muy palpable.

3-      Tenemos una plaza como la Plaza de Mayo,  centro neurálgico del poder político y centro de los organismos de gobierno centrales.

En todas las movilizaciones que vimos durante Marzo importó y mucho, por lo menos para los medios hegemónicos y no hegemónicos, la cantidad de gente que se reunió y otros tantos hicieron hincapié en la calidad de los asistentes, ( llamemos gente, pueblo, ciudadanos) mereciendo incluso palabras agraviantes del Sr. Presidente de los Argentinos Don Mauricio Macri cuando expresó lo de los Choripanes y los 500 pesos, una verdadera descalificación a quienes legítimamente reclaman en la calle lo que las políticas públicas actuales empiezan a quitarle.

Para finalizar; digamos que la calle hoy es también no sólo un lugar de protesta, sino una forma de canalizar la angustia social de este tiempo sombrío que nos toca atravesar, de estas incertidumbres cotidianas que hacen que veamos negro el futuro,  no sólo por lo que los medios de comunicación nacionales nos muestran con crueldad, sino porque  a eso le agregamos la angustia de vivir en Santa Cruz, otrora la tierra prometida,  en estos tiempos tan convulsionados.

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